La contracción – oscuridad

Hoy me gustaría hablarte sobre la oscuridad. De la oscuridad que hay en nuestro interior, a cada uno de nosotros, como seres humanos que somos. Si bien es verdad, siempre desde los inicios de la humanidad, hemos buscado iluminarnos, buscando la plenitud, el poder, la autoestima, la autoconfianza y la felicidad. Pero lo que yo he podido experimentar, durante un tiempo desde que me he adentrado en un período de contracción y oscuridad, es que en la falta de luz es donde emergen todos los límites, todas las creencias limitantes y el miedo.

Y es que a menudo, cuando tocamos los mismos límites personales, a menudo nos quedamos, bloqueados y vamos divagando sobre ese límite, intelectualizándolo, creyéndolo, pero sin animarnos a traspasarlo.

Pero lo que yo te invito hoy es a no dejar que tu miedo, por mayor que sea, y sea cual sea, no permitas que te paralice. Que te bloquee la mirada y el andar. Si no que conectes con el poder y la valentía para entrar, entrando en la contracción, en la parte más podrida y oscura de ti, para que el deseo pueda seguir expandiéndose, confiando en que en el miedo podrás conectar y abrirte a tu poder.

Cuando hablamos del trabajo con la sombra, es un trabajo desde la responsabilidad, la disciplina y el compromiso de vernos tal y como somos, con todo lo que somos. Y es que la propia transformación y evolución, ocurre cuando nos animamos a sentir todos los aspectos de la creación dentro de nosotros. Y sobre todo cuando la sombra nos llama, los límites nos llaman para darnos pistas de hacia dónde debemos prestar atención, porque en ellos es donde encontraremos el puente para seguir creciendo. Y desde dentro de la oscuridad, es donde podemos conectar con la expansión para seguir creciendo y evolucionando.

La raíz del miedo siempre suele ser la misma. Es sentir la falta de amor. Porque oírla es conectar con la herida primaria cuando nacimos, donde experimentamos la separación. Y en ese origen se expresa en millones de aspectos durante la vida, pero la base siempre es la misma. Y es normal que queramos protegernos. Pero tienes que animarte, a entrar, para descubrir que en la falta de amor, es donde tú puedes llenarlo de amor hacia ti, para sentir todo el amor que hay en tú y cómo puedes abonarlo dentro de ti. Y es en el deseo de darte amor, que sentirás la multidimensionalidad en ti. Y las múltiples posibilidades.

Así pues, el miedo es el gran aliado, que nos avisa qué espacios deben llenarse de amor, para seguir creciendo y expandiéndonos.