
Podríamos decir que hay dos grandes frecuencias que mueven el mundo. Una es el miedo y el otro el amor. Y estas dos mueven todo nuestro alrededor. Están en un baile constante. Cuando tu cuerpo vive en ausencia de ti, tu cuerpo se llena de todo sin excepción, de cualquier cosa y lugar que no sabes ni si quieres conocer… no importa la energía que entre, todo está permitido, y tu te vas llenando paulatinamente hasta que llegas al máximo donde ya no cabe nada más.
Pero si lo que deseas es vivir una vida plena y consciente, uno de los pasos importantes que hacer es dejar espacio en el interior para que la vida lo ocupe. Porque sino cómo pretendes que la vida se llene en ti, cuando no tienes espacio para hacerlo, para que puedas sentirla? Por ello, puede ocurrir que sólo pienses la vida.
Así pues, lo más importante es antes que nada, vaciarlo de todo aquello que no te sirve, que no te hace crecer, que te bloquea. Y respirar aire puro. Parar y conectar contigo, con lo que quieres y necesitas. Y vivirte como nunca has vivido. Decir un sí a la vida-amor, y un no a la muerte-miedo. No estás aquí para sobrevivir, sino por ser creadora de tu vida.
Si eres amor, y lo vibras, en ti ya vibran todas las posibilidades. Dejas de ser víctima de tus circunstancias. En la medida en que abras la luz en tu interior, se verá reflejada en tu exterior.
¿Qué aspectos debo tener presentes, para poder activar la confianza desde mi centro?:
Aunque queramos vivir en la luz y vibrar en lo más alto, tenemos que ver también nuestra sombra. Tu cuerpo es un templo, y el útero es el altar. Decide cómo quieres crear tu altar interior. Cuida de tu templo, altar. Sé selectiva con lo que te quieres llenar. Tú decides con quién quieres estar y qué quieres que entre en ti.