Mi monstruo interior

¿Alguna vez has escuchado una voz que te dice qué hacer y qué no hacer, y que está presente y nos influencia en lo que pensamos de nosotros mismos y en cómo nos relacionamos?

Yo, de esta vocecita, le digo monstruo, porque aparece en los momentos que menos me espero y me cuestiona todo lo que hago. Y con el tiempo y los años, he visto que tengo que convivir con ella, y que se presenta y la escucho aunque me hable de manera despectiva y crítica, pero yo puedo decidir qué hacer con ella y hacerle caso o no. La escucho, y después me escucho sinceramente, y valoro si lo que me dice es lo que necesito y / o quiero hacer.

Es verdad que todos la tenemos, y esa vocecita -o este monstruo-, nació en unas circunstancias, cuando éramos pequeños, con el fin de sobrevivir en un momento y situación determinada. Y nos fue útil, porque conseguimos seguir adelante. Pero ahora ya somos adultos, y este monstruo se ha quedado enganchado en nuestro interior y nos acompaña allá donde vamos. Pero a día de hoy que ya somos mayores, ya empieza a ser hora de decirle que gracias por ayudarnos cuando éramos pequeños, pero ahora ya nos podemos gestionar de otra manera más sana y más alineada con nuestras necesidades .

Y dirás: ¿mira que fácil suena, pero como se hace esto?

Pues manteniéndote alerta -que no tensa, sino despierta-, escuchándote y estando presente contigo en tu día a día. Y cuando en algún momento aparezca un pensamiento de “quieres decir que lo puedes hacer eso?” O “no debería …” o “debería …” entonces, para. A ver si realmente eres tú quien está pensando esto o el monstruo que se está manifestando. Y, cuando veas que ha sido el monstruo, pues se trata de darse cuenta de que hay una voz con la que no me identifico, reconocerla, aceptarla y dejarla pasar.

Y poco a poco, con amor, amabilidad y mucha presencia contigo, esta vocecita seguirá viniendo, pero tú estarás alineada con tus necesidades y no te dejarás llevar por su automatismo y te sentirás más plena y viva.