Mi niña interior

Es esencial para llevar una vida plena

Durante nuestra infancia, nos desarrollamos según el entorno, relaciones sociales y familia que tuvimos. Nos hemos convertido en las adultas que somos ahora, gracias a la niña interior que fuimos un día. Con las limitaciones y potencialidades que esto significa.

Cuando llegamos a la adultez, consciente o inconscientemente esta niña se manifiesta. Y no es siempre desde la alegría, felicidad y las ganas de jugar, sino que a menudo es a través de mecanismos de defensa que desarrollamos en la infancia según las experiencias que vivimos, tanto de amor como de dolor. Y eso si no nos lo trabajamos, nos sigue afectando durante la vida adulta.

Esta parte de nosotros, esta niña interior no siempre está contenta y juguetona, también tiene miedos, se siente insegura, y sola. Necesita ser aceptada y vista. En algunas ocasiones se siente indigna, inadecuada, de alguna manera no suficientemente buena para ser amada, porque fue la manera como lo integró a la infancia.

Cuando no recibimos todo el amor que necesitamos de nuestros padres nos desconectamos de nuestra esencia y de nuestro auténtico ser. Y cuando somos adultos vivimos desconectados de nuestra niña interior.

Entrar en contacto con nuestra niña interior

A lo largo de la vida, evitamos muchas veces conectar con esta parte de nuestra niña interior, lo que hace que a veces nos encontramos reaccionando como cuando éramos niñas, frustradas o sintiéndonos abandonadas.

Es ella, nuestra niña interior que determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias. Esta es la señal que hay algo a lo que debemos prestar atención. Descubrirlo nos atrae, pero también nos asusta.

Sanar y recuperar la niña interior es un camino de autodescubrimiento porque tendrás que hacer un viaje en el tiempo para descubrir cuáles han sido estos patrones dolorosos y negativos que aún no has podido superar desde el punto de vista emocional y que te mantienen ligada al pasado.

Entrar en contacto con nuestra niña interior, con nuestra parte herida, es esencial para llevar una vida plena, sana y llena de autoestima. Así poder abrirse a confiar en los demás, en una misma y en la vida, y establecer relaciones completas.