
Solemos pasar nuestros días ocupados, haciendo tareas, distrayéndonos, saltando de una cosa a la otra. Y llega la noche. Dormimos. Y al día siguiente vuelta a empezar! Nuestros días se convierten en un ciclo sin fin, y vamos empalmando tareas y rutina día tras día.
Pero ahora te quiero preguntar, ¿cómo estás ahora con sinceridad?
¿Qué necesitas?
¿Cómo te sientes entre tarea y tarea?
¿Te estás escondiendo de algo?
Respira
Te quiero proponer un pequeño ritual diario de conexión contigo. Simplemente, haz una pausa, en el momento que sientas que pasas de tarea en tarea automáticamente. Y respira. Para unos segundos. Reflexiona sobre lo que estabas haciendo y cómo te sientes. Y celebra por haber llegado donde estás ahora y haberlo hecho.
Te doy un pequeño ejemplo. Cuando termine de escribir este texto, tal vez tengo la inercia de abrir el navegador y empezar a trabajar en otras tareas. En su lugar, intento recordar hacer pausas, respirar y reflexionar en lo que acabo de escribir. ¿Qué ha sido significativo para mí de este texto? ¿Qué puedo celebrar y agradecer? ¿Qué intención tengo ahora? ¿Qué es lo que tengo que hacer después? ¿Cómo estoy? – y dedico unos minutos para escanear y poder seguir con lo que venga a continuación. Conectada y presente en la medida que me sea posible.
¿Te animas a probarlo?
Ánimo.
¡Disfruta la vida en cada instante!